Muchas veces hemos oído la pregunta, ¿Qué es peor, la ignorancia o la indiferencia? Si ya de por si la ignorancia es mala, la indiferencia hace más daño. Ésta pregunta viene a cuento del tema de la asignatura de Educación para la Ciudadanía y la objeción de conciencia. Educación para la ciudadanía es indudablemente una asignatura adoctrinante y manipuladora. Mucha gente ha decidido hacer frente a esta asignatura, demostrando su valentía y su compromiso con los valores en los que quieren que sean educados sus hijos. Mucha gente ha decidido objetar, pero todavía hay mucha gente, que unas veces por miedo, otras por comodidad, han decidido no oponer resistencia. El gobierno ha sembrado el miedo, ha amenazado, y eso se entiende en un estado totalitario, pero no en un presunto estado de derecho como es el nuestro. En la democracia occidental se goza de libertad a condición de no usarla. Como dijo José Martí, “la libertad cuesta muy cara, y es necesario o resignarse a vivir sin ella o decidirse a comprarla por su precio”. Debemos oponer resistencia, no podemos consentir que el gobierno pisotee nuestros derechos. Es muy cómodo quedarse sentado sin hacer nada mientras en la calle hay mucha gente “jugándose” mucho por lo que creen, por sus ideas. Yo creo que todos juntos, unidos, debemos hacer frente a este ataque contra la libertad. Si nos unimos todos nadie nos podrá parar.
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